Para aquellos que tengan interés, en este enlace encontrarán la respuesta enviada en 1931 por el Ayuntamiento de Valderas al Ministerio de la Gobernación sobre los bienes comunales existentes en el municipio.
Aunque en una entrada anterior ya detallamos cómo el reparto y roturación de la Dehesa fue un asunto conflictivo en los años previos a la Guerra Civil, a riesgo de ser un poco pesados, hay varias ‘cosinas’ a destacar de la respuesta proporcionada por el Ayuntamiento.
En primer lugar destaca la extensa superficie de comunales en el sur de la provincia, en un municipio como Valderas situado en Tierra de Campos; de nuevo se demuestra que la existencia o no de comunales depende más de la organización social y económica que no de la geografía.
Otro aspecto llamativo es que, como se puede comprobar en el Archivo Municipal de la villa, la Dehesa Trasconejo hasta 1925 tuvo un uso ganadero; anualmente era arrendada a ganaderos de la localidad que pagaban una importante cantidad al Ayuntamiento.
En este sentido, aunque era un bien comunal su uso estaba ‘privatizado’ ya que la mayoría de vecinos de Valderas quedaba excluido de los aprovechamientos; únicamente podían acceder a los disfrutes de la Dehesa quienes tuviesen ganados y dinero.
Como puede intuir el lector avispado, aquí reside una de las claves de que no se privatizase con la desamortización de Madoz (cabe recordar que con motivo de la Guerra de la Independencia ya habían sido vendidas numerosas diversas fincas comunales); es decir, no se privatizó porque los que sacaban partido de la Dehesa eran los «cuatro ricos» -que además controlaban el Ayuntamiento- y para seguir utilizándola no era necesario comprarla.
Por otra parte, ahí está la clave también de los conflictos habidos por el uso de la Dehesa. Mientras que el vecindario abogaba por la roturación y reparto en quiñones entre los vecinos, el Ayuntamiento prefería seguir arrendándolo a los ganaderos; de hecho, a pesar de todas las presiones la Dehesa se siguió arrendando hasta 1925. Ese año los vecinos en un escrito dirigido al Ayuntamiento de dicha villa solicitaban que la Dehesa destinada para pastos “rindiendo poco para dicho fin y en cambio pudiendo producir en abundancia cereales y leguminosas” les fuese cedida en arrendamiento, dejando para dehesa boyal y pastos la parte de la misma que se considerase conveniente.
Haciéndose cargo de estas peticiones, finalmente el Alcalde municipal solicitó la roturación remarcando que se pretendía una cesión temporal y no la enajenación de estas tierras. Ya en 1915, en un informe sobre colonias, la Junta Central de Colonización y Repoblación Interior, notaba que en los últimos 5 años habían emigrado más de 300 familias de Valderas, a pesar de que la construcción del ferrocarril de Palanquinos a Medina de Rioseco había frenado la sangría emigratoria, y proponía que la Dehesa fuese colonizada (sometida a cultivo).
Finalmente en 1926 es autorizada la roturación, habiendo 444 adjudicatarios de las parcelas, aunque muchos vecinos de Valderas quedaron fuera del reparto. Por esta razón, de nuevo durante la II República, al acceder al poder los partidos obreros, fueron puestas en marcha nuevas roturaciones que beneficiaron a 713 vecinos, aunque ello creó importantes enfrentamientos dentro de la comunidad… pero eso ya es otra historia.
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Un comentario en “Comunales en 1931 #2. Valderas: un comunal conflictivo en Tierra de Campos”