Mastín Leonés vs. Español


Que León pinta poco en el panorama nacional lo demuestra el hecho de que se haya dejado perder la denominación de uno de los rasgos distintivos de León. Nos estamos refiriendo a una mítica raza canina de inconfundible sello leonino: el mastín leonés que ¡pobrecito mío! ha sido despojado de su gentilicio y ha sido rebautizado como…¡¡Mastín español!! ¿Hay quien de más? ¿Sería extranjero antes?

Este hecho no supone novedad alguna y es que por enésima vez hay una mano misteriosa que estuviera empeñada en erradicar cualquier reminiscencia de todo lo que recuerde a León. Una evidencia más de la desidia de esta tierra que tolera con resignación estos desaires. Oremos porque nuestra Facultad de Veterinaria no haya tomado parte en este dislate.

León puede acreditar como propias dos razas caninas exclusivas dentro del panorama cinológico nacional, una es el Carea leonés —veremos por cuanto tiempo conserva su toponimia sin difuminarse entre la amalgama hispana— y la otra es el mastín leonés, el de siempre.

Volviendo al mastín leonés —perdón, español, es que cuesta cambiar los términos de un acervo secular— es éste un can que, para cualquiera de nosotros tiene reminiscencias pastoriles. Cualquier ribereño del Órbigo guarda en su retina los desplazamientos de grandes rebaños de merinas conducidos por el avispado ojo de los careas y escoltados por la imagen cansina y cachazuda de los mastines.

Sin embargo las apariencias a veces son engañosas, bajo ese aspecto de animal lento y pesado se oculta un animal seleccionado desde la rama de los Molosos y cuya selección fue a propósito de vérselas con formidables adversarios de la talla de lobos y osos que acometían a los rebaños de ovejas. La imagen del mastín con “carrancas” hoy casi perdida, atestiguan un pasado violento y poco tranquilizador para estos sufridos chuchos.

La trashumancia por la cañada leonesa que llegaba a Extremadura, trajo como consecuencia que en ese territorio, llegaran y se quedaran representantes de esta raza genuinamente nuestra, apareciendo líneas morfológicas que presentan mínimas variaciones en su fisonomía. Estos perros son el testigo fiel del pasado pujante de una antigua estructura social como fue la del Reino de León.

Comparte nuestro mastín parentesco con otra variante de mastines, el mastín de los Pirineos. Esta raza surgió en Aragón. No le cupo a nuestro mastín nacer en una tierra con los mismos privilegios que su pariente, ni tan siquiera le han dejado el nombre, si bien al de los Pirineos le han privado de su condición de españolidad y lo han relegado a pirenáico. Un apátrida. A este desdichado le han dado carta de extranjería. Después el paisanaje se queja de que haya regiones con pretensiones secesionistas, como si no hubiera quien las está expulsando cada vez que puede.

Para terminar, y con la venia de los pastores de la montaña avencidados en nuestra comarca y criadores locales de la raza, unos breves apuntes: Esta raza tiene dos líneas, de trabajo y de belleza, cada una con sus particularidades. Es el perro de mayor talla de España. Representa la esencia de León, pacífico si no llega el caso y fuerte y duro en la pelea. Es fiel al dueño y a pesar de su talla, afectuoso para los niños y, en su origen es… ¡¡ Exclusivamente nuestro!!

¡Larga vida al mastín leonés!

Urbicum Fluminem

La foto de la cabecera es de Juan Ramón Lueje, coloreada por Antonio Aláiz

4 opiniones en “Mastín Leonés vs. Español”

  1. Chapo , soy un amante de estas dos razas , lo has descrito perfectamente y has tenido mano izquierda para reconocer algo que en estos momentos sonaría a conato de regionalismo o nacionalismo leones, buf es triste que los leoneses tengamos problemas para hablar de nuestras constumbres ,siempre con cautela, sin autonomía sin denominaciones regionales ,,ahora tendremos la culpa que los romanos trajeran esos magníficos perros y nuestros pastores también coquistados pero por una legión canida., Supieran sacarlos del la fila del paro y darles trabajo, así va el país ,como dijo un pariente lejano mío apellidado Villa ,» León una vez más en la historia se tiene que sacrificar»..pero no fue sacrificio sino sumisión desprestigio y ostracismo , no potenciar los regionalismos periféricos ha dejado el camino libre a nacionalismos .agora que paguen las consecuencias quienes los que los potenciaron y no miraron para adentro,,,viva el pueblu lliones con todas sus tradiciones y ojalá algún día volvamos a estar donde nos puso la historia

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