Un día, en una comida familiar mi mujer, mirando a nuestro hijo que andaba corriendo por allí haciendo gracias a los presentes, preguntó a qué edad alguien dejar de ser un niño. Enseguida surgió una animada conversación sobre el tema.
Sin embargo, yo —que tenía la respuesta y fecha exacta de cuando uno deja de ser niño— no dije nada. Me acordé de mi madre.
Pues sí, uno deja de ser niño el mismo día que muere tu madre. Así de sencillo.