Sueñan las pulgas…


No soy yo muy fan de Galeano, pero esto me gustó:

Los Nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata

Foto: Marcos Betanzos

Las gestas medievales o la gilipollez elevada al cubo


El vulgo y los amantes del circo ya tienen fecha para disfrutar: los próximos días 6 y 7 de junio se celebrarán en Hospital de Órbigo las justas medievales del Passo Honroso.

Justamente una de las ‘fiestas’ más cutres que uno se puede encontrar son las justas y los mercadillos medievales.

Imagino que muchos lectores de este blog ya conocen de donde viene toda esa parafernalia y la historia de Don Suero de Quiñones, así que no entraré en muchos detalles.

Don Suero, imagino que ‘Suerín’ para los amigos, era un ‘niño de papá’ bien, hijo del Merino de Asturias. Con 25 añines, le entra la calentura por una moza y, aburrido y ocioso como estaba, no se le ocurre otra cosa que ponerse una argolla al cuello y retar a duelo, ni más ni menos que ‘a todos los caballeros de la Cristiandad’ que pasasen por el puente de Hospital de Órbigo. Vaya, que además era un ‘fantasma’.

Bien. Al final convoca a todos sus ‘coleguitas’ como el hijo del Almirante de Castilla (sí, sí, Castilla, han leído bien) y otros ociosos varios. Conocida la afición de la nobleza medieval a vivir del cuento y del esfuerzo de los campesinos, se apunta mucha gente.

El resultado fue que Don Suero lo pasó en grande, aunque no todo el mundo sabe que, años después, la tontería esta de las justas le costó la vida. Pues sí, tuvo un ‘pique’ con un tal D. Gutierre de Quijada, que se ofende porque quería enfrentarse directamente a Don Suero y no lo dejan. Casi veinte años después, cerca del pueblo de Castroverde, Don Gutierre le tiende una emboscada con resultado de muerte para el leonés. En fin…

Todo bastante patético, la verdad. Pero lo que resulta más patético aun es que haya este tipo de celebraciones. Me gustaría que alguien en los comentarios me explique qué es lo que realmente se celebra. ¿La tontería de un niño de papá? ¿La gesta de un noble? ¿Qué tiene realmente esto de tradición?

Alguien se preguntará que qué es lo que me molesta de todas estas historias. Me molesta la ignorancia, me molesta la idiotez, me molesta que cuatro listos saquen partido de estas cosas… Me molesta que la gente de León no conozca nada de la historia de León. Me molesta la incultura… Me molesta que los ayuntamientos gasten en circo lo que no invierten en cultura… Me molesta que estas cosas sean consideradas ‘tradiciones’… Me molesta que nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino y que estos aquelarres sean considerados cultura… Porque además ha sido declarada de interés turístico regional. En fin…

Así nos va…

Como imagino que entre los lectores del blog hay amantes de estas francachelas medievales y para que vean que no soy rencoroso, en este enlace tienen un listado de mercados medievales. Ahora bien, me gustaría poner a prueba sus conocimientos con la siguiente encuesta:

 

Es preciso que un gran número de personas sean ignorantes además de pobres…


 

Hace días escribí una entrada sobre E.P. Thompson y, aunque no tiene mucho que ver con la temática del blog, no me resisto a reproducir aquí unas frases de Bernard de Mandeville a las que el autor alude en el libro «Costumbres en común» .

Decía Mandeville:

Para que la sociedad sea feliz y la gente se sienta cómoda bajo las peores circunstancias, es preciso que gran número de personas sean ignorantes además de pobres. El conocimiento aumenta y a la vez multiplica nuestros deseos (…).

Por tanto, el bienestar y la felicidad de todo Estado o reino exige que los conocimientos de la clase pobre trabajadora se limiten a la esfera de sus ocupaciones y que nunca se extiendan, respecto a las cosas visibles, más allá de lo que se relaciona con su profesión. Cuando más sepa del mundo y de las cosas ajenas a su trabajo o empleo un pastor, un labrador o cualquiera otro campesino, más difícil le será soportar las fatigas y penalidades de su oficio con alegría y satisfacción (…)

Así como combatiendo la pobreza con artificio y constancia podréis instar al pobre al trabajo sin violencia, también, criándolo en la ignorancia, podréis acostumbrarlo a los trabajos realmente penosos, sin que se percate de que lo son (…) su conocimiento debe confinarse dentro de la esfera de sus ocupaciones».

Escrito a finales del siglo XVII, en una época en la que se estaban poniendo las bases del liberalismo clásico, es muy sugerente ¿no?

Foto de la película «Los santos inocentes» dirigida por Mario Camus y basada en la novela de Miguel Delibes

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