El Camino de Santiago por La Cepeda


Leo atónito que se quiere recuperar una ruta del Camino de Santiago descrita a finales del siglo XV por el monje alemán Herman Küning haciéndolo pasar por Benavides y Santa Marina del Rey. Un delirio. Hoy cualquiera, hasta el más burro, puede ‘inventar’ cualquier cosa que habrá un alcalde (o alcaldesa) dispuesto a comprarle la idea, por muy descabellada que sea…

No hace falta ser muy listo para darse cuenta que trazar el camino de Santiago por Benavides y Santa Marina es un desvarío porque además el susodicho monje alemán escribió 4 versos que vienen a decir que justo antes de llegar a Astorga se puede enfilar a la derecha, por el camino de Santa Marina que subía bordeando el río Tuerto por distintas localidades cepedanas en dirección al puerto de Manzanal. Ya en su momento, Augusto Quintana Prieto lo explicó claramente, así que no voy a dedicar una línea más a rebatir esas tonterías. De lo que no cabe ninguna duda es que La Cepeda está profundamente ligada al camino de Santiago, y que, a pesar de que no hay demasiadas fuentes documentales, hay sólidas evidencias de que varios ramales de la ruta jacobea pasaban por esta céntrica comarca leonesa.

Antes de entrar en nuevas consideraciones el lector debe tener en cuenta que: (i) los historiadores, a diferencia de los aficionados a la Historia, cuando no disponen de fuentes documentales o arqueológicas, basándose en indicios racionales proponen hipótesis razonables; y (ii) los historiadores consideran el contexto.

En relación a lo segundo, el contexto, conviene recordar que el Camino de Santiago se remonta a la noche de los tiempos y en la Edad Media no había un único camino sino miles de caminos y rutas que conducían a Santiago; el ‘Camino Francés’ era una ruta más. En sus orígenes, los peregrinos que hacían el camino seguían las orientaciones que les daban otros peregrinos, monjes o habitantes de la zona. No había GPS, ni mapas, ni siquiera libros. Porque, entre otras razones, la imprenta se inventó en 1440 y se popularizó unos siglos más tarde, y casi nadie sabía leer. Tampoco había señalización. Como mucho la ruta jacobea se indicaba con postes, y en el mejor de los casos con cruceros de madera o piedra.

Otro aspecto en relación al contexto es que no era lo mismo el camino en el siglo XII que en el siglo XVI o que en el siglo XXI. En algunas épocas el camino estuvo ligado a la religiosidad, el ascetismo, o la búsqueda interior… con una motivación espiritual; sin embargo, en otros períodos estaba era más una moda o una cuestión de prestigio (recuerden lo del Passo Honroso, por ejemplo).  Imagínense ahora que, en el siglo XIII, un peregrino llegaba a León haciendo el camino. Tenía varias opciones, una era dirigirse hacia La Virgen del Camino y de ahí por Villadangos y Hospital de Órbigo hacia Astorga; otra era salir hacia el Ferral y pasando por Montejos llegar hasta Carrizo o Llamas de la Ribera y de ahí cruzar a La Cepeda Alta para enfilar hacia el Puerto de Manzanal. Es más, si alguien buscaba recogimiento, esta segunda ruta es ideal. Téngase en cuenta además que cuando Herman Künig von Vach hizo el Camino de Santiago, ya hacía más de 300 años que los Hospitalarios estaban establecidos en diversas localidades cepedanas y una cofradía en Cerezal (y varias otras instituciones) atendían a los peregrinos que transitaban por la comarca.

No sólo era razonable ‘desviarse’ hacia La Cepeda, sino que además existen muchos indicios / pruebas / señales de que por esta comarca transitaban un buen número de caminantes hacia Santiago. Una prueba es, por ejemplo, la existencia en San Feliz de las Labanderas [note el lector que es intencionado escribir el topónimo con ‘b’] de una iglesia de los Hospitalarios, esto es la Orden de San Juan de Jerusalén, encargada de proteger a los peregrinos. Cualquiera que conozca la comarca puede intuir que por ahí bajaban gente de comarcas más septentrionales como Omaña y ¿por qué, no? también de Asturias, Palencia, Cantabria o incluso el norte de Burgos.

De San Feliz podían dirigirse hacia Astorga o Manzanal. Si optaban por Manzanal, cosa lógica, tenían que bordear la sierra, lo cual era peligroso. Ahora bien, unos kilómetros más adelante estaba el monasterio del Cueto San Bartolo, también de la Orden de San Juan de Jerusalén, otra muestra más del paso de caminantes por la comarca. Ya al lado de Manzanal, en Cerezal, los Hospitalarios construyeron un puente para cruzar el río Tremor, y a su lado un pequeño hospital para acoger a los peregrinos; además fundaron la cofradía de Santa María Magdalena para mantener todo aquel tinglado, cuyos miembros eran de La Cepeda (de pueblos como Castro, Quintana, la Veguellina, Villameca, Donillas, etc). Si quieren más detalles, en el libro de A. Quintana Prieto sobre la Cepeda los encontrarán.

A todo ello se añade que a escasos kilómetros en línea recta de Cerezal, estaba el Hospital de San Martín de Montes (luego San Juan de Montealegre), del cual se hicieron cargo los Hospitalarios en el año 1203 para controlar el acceso de los peregrinos al Bierzo por el puerto de Manzanal. Conviene, no obstante, volver a recordar que estamos hablando de finales del siglo XII y principios del XIII y que los tiempos cambian.

Lo que parece quedar claro es que la Orden de San Juan de Jerusalén, con el fin de auxiliar y proteger a los peregrinos entre otras razones, se instalaba en los lugares transitados por los caminantes en peregrinación a Santiago. En el caso de La Cepeda, los numerosos establecimientos hospitalarios evidencian una gran afluencia de peregrinos jacobeos por la comarca.

Dice Augusto Quintana Prieto que «Cosa es tanto más de admirar cuanto que la Cepeda es una de las comarcas -casi la única entre todas- que puede ufanarse legítimamente y hasta presumir un poco de contar con dos itinerarios, bien distintos del Camino de Santiago discurriendo por dentro de sus límites naturales. Porque el territorio de la Cepeda se vio cruzado por dos rutas diferentes y bien documentadas (…) ¿Cómo es posible -se pregunta uno- que, habiendo sido esto así, los cepedanos apenas tengan conciencia de ello, y aparezca una y otra publicación  sin la menor referencia a esto, que debiera ser un punto a celebrar y exaltar sin cansancio y con legítimo orgullo?»

Si han llegado hasta aquí leyendo ya me explicarán qué sentido tiene ‘inventar’ una ruta del Camino de Santiago por Benavides y Santa Marina del Rey. Nada extraña, ya que son tiempos en los que la falsificación de la Historia está a la orden del día. Mientras tanto la Cepeda ahí sigue, con una rica historia, pero cada vez más olvidada. Nada nuevo. Eso sí, esto de la ruta jacobea por La Cepeda es la perfecta metáfora de lo que ocurre con León. Antaño capital de un reino y durante siglos cruce de caminos y centro logístico del noroeste español hoy nos quieren hacer creer que nunca fuimos reino, ni capital ni centro de nada.

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