Repensando la protesta campesina…


Acaba de salir publicado en el «Journal of Agrarian Change» un artículo del leonés José A. Serrano-Álvarez. El artículo se titula «Forestry conflict in Spain: Rethinking peasant protest and resistance».

En este artículo se examina la conflictividad forestal en la provincia de León (España) y el enfrentamiento entre el campesinado y el Estado por el control de las tierras comunales y los montes.

Explica el autor que la prohibición por parte del Estado en la segunda mitad del siglo XIX de usos tradicionales en los comunales, como el pastoreo, fue el origen de una importante conflictividad.

Una de las conclusiones de este artículo es que la conflictividad forestal reflejaría, por un lado, la disputa por el control económico de los recursos no sólo entre los campesinos y el Estado sino también entre los propios campesinos; y por otro, el choque entre la economía de mercado impulsada por el Estado y el ordenamiento, los valores y las solidaridades tradicionales defendidas por el campesinado.

Otra de las conclusiones es que conceptos, ampliamente utilizados como «armas de los pobres» o «ambientalismo de los pobres» son bastante inadecuados ya que lo visto en León no parece encajar demasiado bien en estos modelos, lo cual exigiría definir nuevas formas de resistencia campesina o reformular las que ya están en uso.

El artículo se puede consultar en este enlace. Si el artículo te interesa mucho, y no puedes descargarlo, envíanos un correo y quizás podamos hacer algo al respecto…

Foto: Noel Feans [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons

Resistencias cotidianas


Hace unos días leía en Facebook la historia de María, una paisanina de Foncebadón que el día que fueron a llevarse las campanas del pueblo lo impidió subiéndose al tejado de la iglesia. La foto que acompaña esta entrada es la prueba gráfica de ello.

Lo que hizo María en Foncebadón tiene bastante de excepcional, porque demostró una valentía fuera de lo común. Sin embargo, estos actos de ‘plantar cara’  a la autoridad ya sea eclesiástica, civil o militar no es algo infrecuente. Recuerdo por ejemplo, que hace años con motivo del asfaltado de las calles de San Feliz de las Lavanderas, una paisanina como María trató de impedir por todos los medios que los operarios del ayuntamiento talaran un castaño centenario que había a la puerta de su casa. No sé cómo acabó la historia, pero hubo una polémica interesante.

También, en mi pueblo hace muchos años hubo una agria polémica con el cura de la localidad que quería vender los santos de la iglesia. Un domingo, a la hora del sermón, explicó que los santos eran viejos, que no tenían valor y que lo mejor era venderlos. Un estafador, vaya, porque la figura de la Virgen es una talla románica. Estaba el cura con estas ‘licantinas’, cuando al fondo de la iglesia, en la parte donde se sentaban los paisanos, se escuchó un vozarrón:

– «De eso, nada. La Virgen no se toca».

Enseguida se armó todo un revuelo de gente y comentarios, con el resto de los paisanos dándole la razón al que protestó. Más que la iglesia parecía un ‘concejo de vecinos’. El resultado final fue que no se vendieron las imágenes y el cura no paró mucho por el pueblo.

Todas estas historias entrarían dentro de lo que se ha dado en llamar «formas de resistencia cotidiana» y estarían relacionadas con un concepto que es la ‘economía moral’. Es decir, tanto María la de Foncebadón, como la señora que defendía el castaño, como los paisanos de mi pueblo que se opusieron al cura, entendían que lo que defendían era legítimo. Básicamente la ‘economía moral’ es eso: la legitimidad que avala ciertas protestas o resistencias por parte de gente humilde. Este aval para ‘plantar cara’ a lo que se considera injusto o inmoral generalmente viene de la costumbre o de ciertos valores que todo el mundo acepta y respeta.

En fin. Ya volveremos sobre el tema…

Imagino que conoces alguna historia similar. El mundo entero te estaría eternamente agradecido si, en vez de Facebook, nos la cuentas acá en los comentarios.

 

La defensa del comunal y de los usos colectivos


En 2005, la Sociedad Española de Historia Agraria concedía el I Premio para Jóvenes Investigadores al siguiente artículo: «La defensa del comunal y de los usos colectivos, León (1800-1936): ¿existencia de una «economía moral»?».

Resumen

En León, los comunales, y especialmente los montes, eran la urdimbre del tejido productivo y tenía una utilidad múltiple: agrícola, ganadera y forestal, contribuyendo además a la financiación de las haciendas locales. A pesar de que con la llegada del liberalismo la propiedad comunal y las formas de organización colectiva fueron duramente atacadas, los pueblos no sólo mantuvieron en su poder una amplia superficie de comunales, sino que además éstos continuaron siendo explotados de acuerdo a los modelos tradicionales. Una de las razones de ello fue la defensa que los pueblos hicieron de sus propiedades y de sus modos de vida. En este ensayo se defiende que detrás de la pervivencia de los comunales y de la organización colectiva de la vida económica también hay una explicación de orden moral, relacionada con la «economía moral» y la cultura.

En este enlace lo puedes descargar.

 

 

La pervivencia del comunal en la transición a una economía capitalista, León (1800-1936)


 

Allá por 2006 o 2007 en uno de los los Boletines de la AEHE (Asociación Española de Historia Económica) en la sección de «Tesis recientes» aparecía publicado lo siguiente:

La pervivencia del comunal en la transición a una economía capitalista, León (1800-1936) – José Antonio Serrano Álvarez

El pasado día 13 de marzo en la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Barcelona fue defendida esta tesis doctoral dirigida por los Drs. Ramón Garrabou Segura (Universidad Autónoma de Barcelona) y José Ignacio Jiménez Blanco (Universidad Complutense de Madrid). El Tribunal presidido por el Dr. Ricardo Robledo Hernández y compuesto por los doctores José Antonio Sebastián Amarilla, Xesús L. Balboa López, Enric Tello Aragay y Carmen Sarasúa García, le otorgó la máxima calificación.

Esta tesis está centrada en el estudio de las propiedades comunales en León. En esta provincia del noroeste español, los comunales, especialmente los montes, sometidos a una estricta regulación tradicional y a variados aprovechamientos, eran la base sobre la que descansaba el sistema agrario.

El autor divide la tesis en tres partes. La primera de ellas (Capítulo 1) de carácter introductorio presenta una síntesis de las características ecológicas o ambientales del territorio leonés, la organización agraria en el siglo XIX (usos del suelo y orientaciones productivas) y la funcionalidad de comunales y montes en esta organización agraria. En la segunda parte (Capítulos 2, 3 y 4) se analizan las transformaciones ocurridas en torno a los comunales en el período 1800-1936; así el segundo capítulo se centra en la llegada del liberalismo, el aumento de la presión sobre los comunales, y la creación de un nuevo aparato administrativo para la gestión de los montes; el tercer capítulo gira sobre la desamortización de Madoz y la y los comienzos de una nueva política forestal; y el capítulo cuarto analiza lo ocurrido entre 1878 y 1936, poniendo la atención en la integración de los comunales en el mercado y la consolidación del control administrativo en los montes leoneses. Por último, en la parte final de la tesis (Capítulo 5) se presentan las principales conclusiones atendiendo a la intervención del Estado en los montes y la penetración de las relaciones capitalistas de producción en la agricultura.

Una de las conclusiones más importantes de esta tesis es que, a pesar de la presión del Estado por privatizar y gestionar estos espacios y a diferencia de lo ocurrido en otras partes de España, los pueblos no sólo conservaron (y en algunos casos aumentaron) sus propiedades colectivas, sino que se mantuvieron los usos tradicionales en el monte.

Uno de los factores que explicaría la pervivencia del comunal fueron las estrategias puestas en marcha por el campesinado para defender propiedades y usos comunales. Así detrás de las diversas formas de protesta, como la lucha legal contra la venta de montes, el rechazo a la Administración Forestal o la compra colectiva de montes que las comunidades vecinales habían venido utilizando, se constata la existencia de una “economía moral” que justificaba estas estrategias. Es decir, detrás de la defensa de los comunales estaba la defensa de un modo de reproducción económica y social que dependía de las propiedades colectivas y que el Estado hacía peligrar. Igualmente, el autor argumenta que los campesinos defendían un modo de vida y una “cultura” con lo cual a pesar de los esfuerzos del Estado por hacer de la propiedad el eje sobre el que habían de girar las relaciones sociales, en esta tesis se defiende que el capitalismo tardó en imponerse en la mayoría de comarcas leonesas porque fue duramente resistido.

¿Te interesa esta tesis? En este enlace puedes descargarla por capítulos y en este otro la puedes descargar entera en formato .pdf En los siguientes enlaces puedes descargar los distintos capítulos y anexos de la tesis:

Índice de contenidos [enlace]

0. Los comunales y su estudio: a modo de introducción [enlace]

Parte I. Las características ambientales del territorio leonés y la actividad agraria
Capítulo 1. Territorio y agricultura: un sistema basado en la utilización del monte [enlace]

Parte II. La evolución de los comunales leoneses: política, sociedad y mercado.
Capítulo 2. Presión sobre los comunales y llegada del liberalismo: el período anterior a 1855 [enlace]
Capítulo 3. La desamortización de Madoz y establecimiento de las bases de la política forestal contemporánea (1855-1877) [enlace]
Capítulo 4. La consolidación del control administrativo y la integración en el mercado de los montes leoneses (1878-1936) [enlace]

Parte III. Economía y sociedad: cambios y permanencias.
Capítulo 5. Los comunales en la transición a una economía capitalista [enlace]
A modo de cierre [enlace]

Parte IV. Bibliografía y fuentes impresas [enlace]

Apéndice 1. Nota sobre las fuentes para el estudio de los montes leoneses [enlace]
Apéndice 2. Comarcalización geográfica de la provincia de León por municipios [enlace]
Apéndice 3. La superficie de comunales y montes públicos en la provincia de León a mediados del siglo XIX [enlace]
Apéndice 4. Relación de bienes comunales de los pueblos que componen el municipio de Laguna de Negrillos (León), 1931 [enlace]
Apéndice 5. Instrucciones para los guardas forestales de la provincia de León, 1847 [enlace]
Apéndice 6. Relación de pueblos que no han satisfecho al Estado el 10 por 100 por los aprovechamientos forestales que vienen consignados en el plan dela año actual (León, 1882) [enlace]
Apéndice 7. Expedientes de rescate de comunales durante la II República en la provincia de León (IRA) [enlace]

 

E.P. Thompson, el historiador necesario


La entrada de hoy es un poco especial; trataremos sobre E.P. Thompson, un prolífico historiador inglés, al que ya hemos hecho referencia en alguna otra parte del blog. Concretamente al tratar sobre ordenanzas concejiles y costumbre afirmábamos que la costumbre no era algo fijo e inmóvil, sino más bien un espacio donde intereses opuestos hacían reclamaciones contrarias.

Tratar de resumir las aportaciones de E.P. Thompson en una entrada de un blog es como tratar de resumir El Quijote de la Mancha en los 140 caracteres de un ‘tweet’. No obstante, intentaremos destacar las principales aportaciones de este autor, ya que además de ser de una gran vigencia, alguna de sus obras son fundamentales para entender el funcionamiento de las sociedades tradicionales y el régimen comunal.

Quizás la obra más conocida de Thompson sea ‘La formación de la clase obrera en Inglaterra’ publicada en 1963. En ella el autor estudia como el incipiente movimiento obrero inglés se nutrió de ideas religiosas, políticas, culturales de procedencia muy diversa. A pesar de esta heterogeneidad, los intereses comunes entre diversos grupos de trabajadores (obreros fabriles, artesanos, peones rurales, etc.) facilitaron el surgimiento de una conciencia o una identidad de ‘clase’, en tanto que opuesta a los intereses de otras clases. Uno de los méritos de Thompson es mostrar que la ‘clase’ no viene determinada por factores económicos, sino también culturales; en este sentido, la clase obrera se hizo a si misma partiendo de la experiencia e inspirándose también de la tradición y de los derechos consuetudinarios que estaban siendo abolidos.

Si quieren que se les caiga el alma a los pies, lean esta obra y comparen las resistencias y solidaridades de los trabajadores del siglo XIX con lo que está pasando hoy en día.

Otra obra de Thompson de una gran vigencia es ‘Whigs and Hunters. The origins of the Black Act’ (no está publicada en España, sí en Argentina como ‘Los orígenes de la Ley Negra’) en la que se detalla como la oligarquía política creó leyes severísimas y opresivas para acabar con la caza furtiva en los bosques reales. Thompson muestra por un lado, que estas leyes fueron creadas para servir los intereses de unos pocos, sometiendo a los jueces a la influencia política y convirtiendo la justicia en una farsa (¿les suena?, miren lo del rescate a los bancos, lo de las preferentes, los desahucios, y otras medidas, y ya me dirán). También explica Thompson que cuando se quería dar un ‘escarmiento’ o el Estado quería dar un ejemplo de miedo aplicaba la ley con todo el rigor posible (imagino que han leído que robar en supermercados pasará de falta a delito en el nuevo Código Penal, ¿curioso, no? ¿entienden ahora por qué se quieren criminalizar las protestas?).

Bien, yendo al grano, desde mi punto de vista sin lugar a dudas la obra más importante de Thompson es ‘Costumbres en común’ en la que describe en detalle la compleja ‘cultura’ surgida en torno a la clase obrera inglesa en el siglo XIX y cómo ésta se inspira en las tradiciones, en la costumbre y en los ideales comunitarios. Una de las aportaciones de Thompson es mostrar la sustitución gradual de una economía tradicional por una ‘nueva economía de mercado’ donde las relaciones quedaban definitivamente sometidas a los imperativos del dinero y del mercado.

Por un lado, muestra Thompson como alguno de estos cambios, como los cerramientos de tierras (enclosures) convirtieron a los pobres en extraños en sus propias tierras y lo que eran derechos tradicionales (como por ejemplo la caza o el espigueo) pasaron a ser consideraros delitos; por otro lado, Thompson constata que estos cambios fueron resistidos ya que, (en León lo sabemos muy bien) en las sociedades tradicionales no todo era el mercado también habían solidaridades vecinales e imperativos morales.

Precisamente, otra de las aportaciones de Thompson es el concepto de ‘economía moral’. Básicamente, y resumiendo mucho, lo que viene a decir el autor es que en las sociedades tradicionales el comportamiento económico estaba sometido a los valores morales, y había una noción legitimadora o ‘economía moral’ que determinaba lo que estaba bien o mal. En este sentido, por ejemplo se entendía que el derecho a la subsistencia estaba por encima de las leyes de Estado.

Espero que hayan disculpado la extensión de esta entrada, pero no cabe duda de que, como hemos visto, E.P. Thompson es de una gran actualidad no sólo por los paralelismos que uno pueda encontrar entre la Inglaterra decimonónica y la actualidad. Thompson está vigente porque muestra que los resultados históricos son algo construido, no algo inevitable; que la destrucción social del siglo XIX se hizo para provecho de unos pocos.

De igual manera, medidas como el rescate bancario, el tarifazo eléctrico, la deflación salarial o la subida de impuestos no son algo inevitable sino que han sido hechas para beneficiar a unos pocos. Al igual que en el siglo XIX las élites, sin el menor pudor, siguen utilizando las leyes y las instituciones del Estado en beneficio propio.

En fin…

Lo dicho: lean a E.P. Thompson. Vale la pena.

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