Pérdidas, desapariciones y olvidos: Mantequerías Leonesas


Imagino que para mucha gente el año 2020 ha sido  un año ‘complicado’, por llamarlo de alguna manera. Suerte que ya queda poco para que acabe, aunque queda la parte más dura del año: las Navidades. Aunque la publicidad intenta vendernos aquello de paz, amor y felicidad, las fiestas navideñas son un asco…

Que nadie se ofenda, me refiero a que es un asco el consumo que todo lo invade y esas comidas familiares pantagruélicas.  Imagino que estamos todos de acuerdo que en estas fiestas la comida es muy importante. Relacionando Navidad y comida rica me viene a la cabeza las que fueron las primeras tiendas ‘gourmet’ de España: las Mantequerías Leonesas, fundadas por gente de Laciana.

Hay dos libros de Victor del Reguero que detallan bastante bien como surgió este empresa, motivo por el que no entraré en demasiados detalles. Un primer aspecto a destacar es que, aunque en la creación de Mantequerías Leonesas hubo diversas personas, el ‘alma mater’ de esta iniciativa fue Marcelino Rubio, de Villager de Laciana, quien había heredado de su padre el oficio y la lechería, y de su suegro una importante cantidad de manteca. Un aspecto a destacar de la biografía de M. Rubio es que fue alumno de las Escuelas Sierra-Pambley y recibió ayuda de los profesores Juan y Ventura Alvarado y Albó para montar una lechería moderna, tal y como queda documentado en una de las memorias de la Escuela:

El hecho de la lechería de Villager nos llena de orgullo y es de tanta importancia para el país (…). Hace un año comenzó La Laceana trabajando 90 litros diarios y hoy trabaja 800 y pronto trabajará 1.500 ó 2.000. A los pocos meses de fundarse hubo que traer una mantequera mayor y hoy tiene instalada una nueva centrífuga o desnatadora que desnata 400 litros por hora. Toda la manteca que trabaja dicha fábrica la vende fresca a buen precio (…). El público está entusiasmado y llevan hoy leche á la fábrica gentes de Orallo, Caboalles de Abajo, Llamas y los Rabanales, todo el pueblo de Villager, de San Miguel y de Villablino, y además en caballerías ó carros va la de Sosas y Rioscuro recogida por lecheros pagados por la fábrica

AFSP, Legajo 7. “Memoria del curso de 1899 a 1900”

Precisamente, unos años más tarde, en 1905, esta fábrica era todo un éxito tal y como explica Rivas Moreno en su libro «Lecherías y queserías cooperativas: seguro del ganado»:

Como al mismo tiempo, una persona del país que había residido unos años en Madrid, y practicado y estudiado en esta Escuela la fabricación de manteca, se proponía montar una pequeña fábrica, se desistió de la Cooperativa. La Escuela y su profesor de lechería, ayudaron desinteresadamente a dicho fabricante, y éste montó la industria. Empezó trabajando 80 litros diarios; al año amplió la fabricación hasta 200, y hoy no trabaja seguramente menos de 2.000 diarios por término medio al año, y su manteca es la que tiene mejor precio en el mercado, compitiendo con ventaja con la extranjera. El fabricante se llama Marcelino Rubio y tiene su fábrica en Villager (…)”.

Unos años más tarde, M. Rubio abrió un comercio en Madrid llamado La Laceaniega que, en 1920, trasladó a la calle Alcalá bajo la denominación de «Mantequerías Leonesas». Se trataba de un local grande y decorado con elegancia y buen gusto, tal y como se puede ver en este anuncio:

Precisamente esa fue una de las claves del éxito de las ‘Mantequerías Leonesas’: iban dirigidas a personas con un cierto poder adquisitivo —prueba de ello es la foto de Audrey Hepburn comprando en una de estos establecimientos y que pueden ver encabezando esta entrada—. Por esta razón, los locales de Mantequerías Leonesas solían estar situadas en las mejores zonas comerciales de ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla. Así por ejemplo en Barcelona tenía sucursales en la Rambla de Catalunya y en General Mitre con Balmes, en la zona del Putxet.

Además ofrecía productos de calidad y/o exclusivos / novedosos con una presentación muy cuidada; así por ejemplo, la manteca elaborada en Laciana se presentaba en cajas de hojalata de todas formas y tamaños. Otra de las producciones de la casa era el queso CRAMT —acrónimo que respondía a las iniciales de sus hijos: César, Rafael, Amílcar, Manuel y Tomás— que dicen que en nada envidiaba al Cabrales asturiano ni al Roquefort francés, o la Leche Condensada Los Mellizos, también fabricada en Villager, posiblemente la primera de este tipo que se elaboró en España. Además de productos lácteos de León, vendían embutidos y otros productos de la montaña leonesa.

En relación a lo anterior hay que destacar que otra de las claves del éxito de Marcelino Rubio es que, siguiendo los métodos de fabricación impulsados por las Escuelas Sierra-Pambley de Villablino, apostó por producciones de calidad. Para mejorar los procedimientos de fabricación envió a sus hijos a estudiar a Francia y se implicó en la mejora del ganado vacuno local y de la producción de manteca y queso, como atestiguan los numerosos premios recibidos en los concursos de ganado y las medallas de Exposiciones Nacionales e Internacionales en las que participó. En este sentido, la ‘mejora’ de la raza mantequera leonesa le debe mucho a este hombre.

Por otro lado, M. Rubio supo aprovechar mejoras tecnológicas como la desnatadora mecánica para producir manteca, pero también la llegada del camión como medio de transporte para recogida de la leche, o la difusión del frío industrial para la conservación de los alimentos. Además, las Mantequerías Leonesas fueron los primeros establecimientos en poner en práctica el concepto de ‘autoservicio’ con las cajas para pagar a la salida del negocio.

Finalmente hay que destacar que — tal y como detalla Alicia Langreo en «Historia de la industria láctea española: una aplicación a Asturias»—, M. Rubio además de las ‘Mantequerías Leonesas’ se asoció con otros productores lácteos en Galicia, Asturias, o León, entre ellos LARSA (Pontevedra), la Lechera de Cancienes (Asturias) o Industrias Lácteas Leonesas S.A. (ILLSA), siendo uno de los impulsores, a la vez que pionero, de las industrias lácteas en España.

Marcelino Rubio murió en la Guerra Civil. Aunque no se le conocía filiación política, por su condición de empresario fue encarcelado por elementos republicanos en Mieres, muriendo en un bombardeo franquista del centro de la ciudad. El negocio de ‘Mantequerías Leonesas’ fue continuado por sus hijos que llegaron a tener una treintena de establecimientos en las principales ciudades españolas.

Bien, para ir concluyendo esta entrada, destacar que en la postguerra las Mantequerías Leonesas bajo la dirección de su hijos César y Rafael tuvieron un auge espectacular. Y con todo ello, llegamos a 1982, año en el que Galerías Preciados —aquellos grandes almacenes fundados por Pepín Fernández, primo de Ramón Areces y competidores de El Corte Inglés— adquirió la firma. En realidad, Galerías formaba parte de RUMASA, el holding propiedad de Ruiz Mateos, que pagó por Mantequerías Leonesas 350 millones de pesetas, pagaderos en 5 años; la empresa creada por M. Rubio aportaba al grupo una red de 13 supermercados y 15 tiendas y una facturación anual de unos 3.300 millones de pesetas.

Justo un año más tarde, el 23 de febrero de 1983, RUMASA fue expropiada por el Gobierno español y las empresas que formaban parte del grupo fueron vendidas a diversos compradores. Mantequerías Leonesas, con 536 trabajadores y un volumen de ventas de 4.302 millones, fue adquirida por unos 600 millones de pesetas por la cooperativa sindical alemana Coop AG —principal accionista de Oscar Mayer SA— que acabaría quebrando y vendiéndola a los antiguos gestores, encabezados por Justo López-Tello.

En 1995, Mantequerías Leonesas —cuya suerte estaba ligada a la de Galerías Preciados—, acabó quebrando y las famosas tiendas desaparecieron o fueron ‘absorbidas’ por otras cadenas locales de supermercados como Froiz en Galicia o Caprabo en Cataluña.

Bien. Hasta aquí la historia. No deja de resultar paradójico que en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla fuese más fácil conseguir productos leoneses en las primeras décadas del siglo XX que no en pleno siglo XXI.


Si quieres estar enterado de las últimas noticias en relación al blog, pero no quieres que te lleguen correos a tu buzón, puedes unirte a nuestro nuevo canal en Telegram. Estarás al día de todo lo publicado y podrás entrar a consultarlo cuando te plazca…

Peligro! Se acerca la Navidad…


 

No soporto las Navidades, esa época del año en la que los tontos se multiplican. No dejarse llevar por la corriente es imposible… Con profundo desánimo compruebo además que cada año en León las modas navideñas son más estúpidas. Primero fue papá Noel y hubo que soportar ver los ridículos ‘papás noeles’ colgados de balcones y ventanas. Y hace dos o tres años, o quizás un poco más, apareció otra moda más, la vieja del monte.

Parezco Javier Marías, pero todo esto me desborda. Y por eso protesto, aunque no sirva de nada. Y sí, cada año, me paso las Navidades protestando.

Ya Alberto Flecha explicó aquí y aquí algunas cosas de la vieja del monte, mostrando cómo se van ‘inventando’ las tradiciones. En este caso, la ‘tradición’ deriva de un mito presente en León y en muchos otros lugares, como explica N. Bartolomé en su libro sobre mitología leonesa; también Miguel Angel González detalló magistralmente en este post posibles ‘significados’ de la vieja del monte y la existencia de mitos similares en otras regiones del mundo.

Da igual. La gente erre que erre. La cosa es diferenciarse del resto del mundo mundial y tener tu ‘propio papá Noel’. En el fondo es caer en lo mismo. La vieja del monte es la excusa… La cosa en estas fiestas es hacer lo mismo que hace el resto del rebaño… beeee, beeee.

Mi sugerencia es que sean comedidos… y que si van a regalar algo, regalen cultura, regalen amor, regalen ilusión… y consuman productos locales. Y miren, un buen regalo para los rapaces de la casa podría ser el libro que aparece en la foto: Esbardu. Vocabulariu llionés ilustráu. Es más que un libro: recoge también el ‘empeño’ de alguna gente para que el leonés no acabe de morir. O no lo acaben de enterrar, según se mire…

En fin…


La foto que encabeza la entrada está sacada de Foter.com

Esas extrañas y ridículas modas…


Papa NoelAhora que llega la Navidad, por alguna extraña razón, en León aparecen modas detestables.

Una de ellas es Papá Noël decorando comercios, fachadas de casas y otros lugares. Lo grave no es que esta decoración se de en León ciudad, sino que estas modas tan extravagantes han hecho sus estragos por los pueblos. A ver, a ver, a ver que alguien me explique desde cuándo se celebró la llegada de Papá Noël en los pueblos de León.  Siempre, siempre vinieron los Reyes Magos, incluso en aquellas casas donde eran republicanos.

Otra moda igual de extraña y ridícula o más es la de felicitar las fiestas en catalán creyendo que lo están haciendo en leonés. A ver, a ver, a ver, desde cuándo se  felicitó la Navidad en León con expresiones como ‘Bon Nadal’ y otras todavía más extrañas…

No hagan el ridículo. Sigan con las tradiciones de toda la vida.

Actualización 24/12/2014. Al respecto de lo comentado en los párrafos anteriores, recomiendo la lectura de esta entrada de R. Chao sobre cómo felicitar la Navidad en leonés sin caer en el ridículo.

Lo dicho: Feliz Ñavidá!

¿Conoces alguna otra moda navideña que te parece ridícula? Deja tu comentario.

A %d blogueros les gusta esto: