Últimamente leo muchas cosas sobre la pérdida de población en la provincia de León y la falta de dinamismo económico. La gente opina y no da un sólo dato. Yo también tengo una opinión que comparto con ustedes, pero les voy a mostrar algunos datos.

Antes de entrar en materia, dos precisiones. Una, la pérdida de población es el síntoma, no la enfermedad. Dos, es fácil encontrar culpables y ver la paja en el ojo del vecino que no la viga en el propio; en nuestro caso lo más sencillo es culpar a la Junta de Castilla y León de todos los males, y alguna culpa tiene, pero… vayamos por partes.

En primer lugar hay un factor demográfico que explica la pérdida de población en la provincia. Acabada la Guerra Civil, en los años 1942-43 se disparó la natalidad. Cuando esa generación llegó a la edad de tener hijos (entre 1968 y 1970) se produjo un auténtico «baby boom» en España y en León. Sin embargo, unos años antes, en provincias como León había empezado la emigración masiva de gente joven hacia Madrid, Barcelona, Bilbao, Gijón y otros centros urbanos e industriales. Como era de prever, en los años siguientes, la natalidad empezó decaer fuertemente. En 1976 en la provincia de León hubo 7.349 nacimientos, en 2015 la cifra se había reducido a más de la mitad (3.026 nacimientos) y eso que ya se contaba con un porcentaje mínimo de población extranjera, con tasas más altas de natalidad que los autóctonos.

Llegados a día de hoy, el resultado es que muere más gente de la que nace y la provincia pierde población. Así que si alguien quiere buscar culpables, que mire a la emigración de los años 60-70 y posteriores. En 2016, según datos oficiales,186.328 personas nacidas en León residían en otra comunidad autónoma, principalmente Cataluña, Madrid y País Vasco. Faltaría computar las personas nacidas en León que viven en otros países.

Un segundo factor que explica la decadencia de la provincia, fue la entrada en la llamada Comunidad Económica Europea, hecho que ocurrió en 1986. Aunque a veces se olvida, León salió seriamente perjudicada por este proceso. Al igual que otras provincias septentrionales de España, León tuvo la mala suerte de que sus principales producciones agrarias (carne, leche, remolacha o lúpulo) fuesen excedentarias en países del norte de Europa, como Francia, Holanda o Alemania. A partir ese momento, con la famosa PAC (Política Agraria Comunitaria) el campo leonés quedó en manos de los burócratas de Bruselas. Se pagó por dejar de producir leche, por arrancar plantaciones de lúpulo, por arrancar viñedos, etc.

Como pueden ver en el siguiente cuadro los datos hablan por sí solos.

En muy pocos años la provincia de León perdió 1/3 de la cabaña de bovino, quedando 1/4 parte de las vacas lecheras que había en 1985. ¿Se acuerdan de las famosas ‘campañas de saneamiento ganadero’? Un día escribiré sobre ello…

Con el lúpulo, la remolacha, o las patatas, o el viñedo pasó lo mismo, y acá la prueba:

Tanto la superficie cultivada de lúpulo como la de patatas se redujo en un 75%. El cultivo de remolacha se redujo en un 65%, sumándose a ello el cierre de la azucarera Santa Elvira en León en 1992 y la de Veguellina en 1998. Esas fábricas eran empleos, riqueza… 

Otro tanto ocurre con el número de explotaciones agrarias. De 62.685 explotaciones en 1985 se pasó a 15.171 en 2009. Echen cuentas: quedan una cuarta parte de las explotaciones. No hacen falta estadísticas, ya que la realidad salta a la vista. Basta dar una vuelta por cualquier pueblo de la provincia: en pueblos donde antes había 30-40 familias que vivían de la agricultura, hoy quedan 2 ó 3. Miles de fincas están de fuelga, criando escobas y maleza…

La guinda al pastel de las políticas comunitarias, fue el reciente cierre de las minas de carbón. Cabe recordar, no obstante que ya hace muchos años que se intenta acabar con la minería. Seguramente que buena parte de los lectores recordará que en los años 80 se cerraron numerosas minas y la gente se tuvo de ir a buscar trabajo en otros sitios.

Poco a poco, empujada por esas ‘antipolíticas’ europeas, las bases tradicionales de la economía leonesa se fueron yendo al carajo. Para compensar, la Unión Europea puso en marcha diversos programas de inversiones como los FEDER, LEADER I, LEADER II, FEADER, PRODER, MINER, y su p…ta madre. Paliativos, que han ido prolongando la agonía de las zonas rurales. ¿Qué se sacó en limpio de todos estos programas? Nada, o casi nada. Todo fueron proyectos, proyectos y proyectos. Mucho humo y mucho papel mojado. Se hizo alguna que otra residencia para la tercera edad, algún museo que no visita nadie, centros de interpretación, y muchas, muchas carreteras; como dijo un paisanín de por ahí arriba: «Ahora que no queda nadie y nosotros somos viejos nos pusieron carreteras nuevas«. Pues eso…

En tercer lugar, sí, es el momento de hablar de Valladolid y de la Junta de Castilla y León. Se constata que León ha perdido en favor de Valladolid la ‘centralidad’ que antaño tenía. Geográficamente, León limita con 6 provincias (Zamora, Orense, Lugo, Asturias, Cantabria, Palencia y Valladolid) e históricamente ha sido el principal nudo de comunicación del Noroeste; de esta manera empresas como Telefónica o Correos tenían aquí la sede para el norte y noroeste de España. Hoy no, hoy todo pasa por Valladolid, capital de ese engendro de comunidad autónoma que es Castilla y León; por tanto, más que perder la centralidad, habría que decir que se la quitaron.

En cuarto lugar, conviene recordar que los problemas de despoblación y de falta de dinamismo económico de León no son algo exclusivo de esta provincia. Zamora, Orense, Lugo o Asturias enfrentan problemáticas similares. Desgraciadamente, no estamos cerca de centros de producción y consumo, como Barcelona, Madrid o Bilbao y somos una provincia periférica de Castilla y León, de España y de Europa, con todo lo que ello implica.

Es una obviedad señalar que las políticas centralistas de la Junta han perjudicado a León, a Zamora, a Salamanca. Pero de ahí a culpabilizar exclusivamente a Valladolid y a la Junta de todos los males de León, hay un buen trecho. Hablar de colonialismo o neocolonialismo en relación al centralismo de Valladolid es un delirio. Lo peor de ese discurso es ignorar que los propios leoneses (y el sistema político clientelar / caciquil imperante que sostiene a los políticos leoneses) son / somos responsables de la situación. Cada uno hace lo que puede para cuidar su pesebre…

Culpar a los demás de los males de uno es fácil, ya que así se elude toda la responsabilidad propia. Pero la realidad es mucho más prosaica y dolorosa: somos un país de caciques. Así de triste. Así de sencillo.


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La forto que acompaña esta entrada es de ✈︎ armandogalonso.com on Foter.com / CC BY-NC

11 comentarios en “Buscando culpables de la despoblación…

  1. El éxodo de los españoles y por ende los leoneses fue muy anterior a los años 60..yo creo que en el siglo XIX o principios del XX..De todas las maneras cuando hay tantos que se quejan de las pensiones merecidas de los pobres jubilados…Si no hay tantos tampoco se pagarán pensiones…

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  2. Buen artículo. Enhorabuena. Pero la Junta es muy responsable de todo. La despoblación afecta a todas las provincias de Castilla y León sin excepción. Aún no cuestionando la Comunidad Autónoma, las políticas de arraigo y dinamización de la economía debían haber permitido mantener población. Pero la Junta de ha dedicado a gobernar para los suyos y para que sus amigos y sus empresas no pierdan cuotas de mercado sin importarles si eso afectaba a todos los demás. Con la dinámica económica actual, los sueldos que ofrecen nuestras (sus) empresas no arraigan a nuestros jóvenes aquí. Tienen mucho más futuro fuera. Un saludo.

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  3. Leído el artículo me gustaría realizar algunas puntualizaciones necesarias:
    En primer lugar, se señala la emigración de los años 60-70 como punto de atención para quienes quieran «fijar culpables» de la despoblación. Al respecto hay que recordar que la industrialización que se lleva a cabo en esas décadas viene de la mano del Estado, dentro del programa del desarrollismo. Es el Estado el principal agente industrializador. En este proceso el Estado, como todo estado nacional, premia a sus clientelas y a sus intermediarios seculares. Uno de estos agentes intermediarios, integrados en las estructuras administrativas y políticas del Estado desde el caciquismo, es la gran propiedad agraria del centro y sur de la península ibérica. Me parece que este hecho es determinante del establecimiento en Valladolid de un polo de desarrollo vinculado a la industria automotriz y a la metalurgia entre otros sectores económicos que concentran población urbana y acumulan capital. De hecho, la acumulación de capital se manifiesta fundamentalmente en la concentración de población urbana y en la generación no solo de núcleos sino de redes urbanas que se jerarquizan en torno a un centro de mayor importancia. No me quiero enrollar ni hacer el argumento más largo de lo necesario así que sin más detalles lo culmino: la imposición de la comunidad autónoma de Castilla-león es la expresión política de una prelación de núcleos urbanos puesta en pie por el Estado nacionalizador español a través de un largo proceso que empieza no ya en los años 60 sino posiblemente ya en el último tercio del s. XIX. Esta idea no invalida el argumento del post, Fede, pero lo matiza en el sentido de que entre el proceso complejo de afianzamiento del Estado nacion español y el concomitante de acumulación de capital, es decir, entre el declive social y económico leonés y la imposición de Castilla-león hay una relación de continuidad, se trata de manifestaciones, en distintos planos, de un mismo fenómeno y no hay, por tanto, cesura alguna entre la cooptación política que simboliza Castilla-león y la decadencia. Castilla-león sería, por decirlo así, la manifestación superestructural de las relaciones d eproducción, en la vieja terminología marxista o «marxistant» o, dicho en otros términos, la regionalización capitalista, el solapamiento perfecto del mapa de la coerción por sobre el mapa de la acumulación de capital. Por otra parte, coincido en que la utilización del colonialismo como herramienta de comprensión de la realidad leonesa tiene un alcance muy limitado; sin embargo, el más moderno concepto de «colonialidad del poder político» si es muy revelador. Habrá ocasión de charlarlo, espero. No sé si me explico bien. Si no, disculpa. Y saludos. Estupendo blog!

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      1. Bueno. Eso de que el Engendro y Valladolid tienen poca o ninguna responsabilidad en el desastre de la Región Leonesa…. No cuela.

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  4. Con respecto a lo que bien «degrana» el artículo, añado que la misión de quienes nos gobiernan y gestionan es crear riqueza en todas las partes del territorio y defendernos a todos por igual dentro de lo posible. Lo normal no es emigrar. Eso es lo excepcional, como así ha ocurrido en casos de peste, hambre, guerra… Lo normal es que todos podamos quedarnos en nuestra tierra o cercanías si así es nuestro deseo. Y lo normal es que si todos pagamos impuestos, todos tengamos derecho a tener los mismos servicios y oportunidades, y no ha de ser necesariamente en el lugar que los políticos determinen POR nosotros.

    Asumiendo que ha habido unas políticas de la Unión Europea, antes Mercado Común, al que nosotros pertenecemos, la tarea de esos gestores y gobernantes era defender a todos los españoles, nuestros medios de vida, que pudiéramos vivir en nuestra tierra y que no solamente hubiera unos polos de riqueza en este país. Eso han defendido en otros países. Han velado por sus intereses como país y por los intereses de sus ciudadanos, y eso hay que decir que aquí no se ha hecho, ni a nivel provincial, ni a nivel autonómico, ni a nivel nacional: no han trabajado por ello. Les ha importado un pimiento!

    Eso sí: nosotros somos los que hemos votado eso y en último caso somos los responsables. Y si no había nada que nos defendiera, debió surgir de nosotros ese partido/s, organización/nes… que nos defendiesen….

    Han pasado muchos años, todos esos que refleja el artículo, y los leoneses no damos un paso al frente en la defensa de nuestros intereses. Nos conformamos con LO que tenemos ahí gestionándonos, (por decir algo).

    Quizás es que realmente somos una sociedad mediocre y no somos capaces de que salgan otros representantes válidos de ella.

    Por otra parte, no se puede estar esperando siempre a que otros nos saquen las castañas del fuego. Muchos estamos ya en esa vía de reclamación y de no callarnos la boca, pero involucrándonos, EN ZAMORA, EN SALAMANCA, EN LEÓN Y EN MUCHAS OTRAS PARTES DEL TERRITORIO ESPAÑOL.

    Es muy común escuchar de la boca de nuestros paisanos: «es que a mí no me interesa la política». Pues vale: todas aquellas cosas que necesitamos, que no tenemos, que sufrimos… provienen de un ejercicio que se llama hacer política, desde el pueblo más pequeño a la urbe más grande.

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